martes, 28 de junio de 2011
aires nuevos
La tarde esta satisfecha… ella se va difuminando en colores y poco a poco se ha ido comiéndose uno a uno los últimos colores de sol como gajos de frutas tropicales del verano , de luces rojas y rosados, como el tazón de fresas frescas que me espera en la mesa, para la hora de la merienda.
bulliciosamente se adelanta en el comedor una oleada de viento calido e insinuante y con los hombros desnudos y descubiertos que avisa que ya es verano.
Otro aire entra por los ranura de las persianas de mi habitación , yo no tengo reparo en dejarle venir a mi invernadero de cosas por germinar. si acaso fueran aires nuevos, aires sin precintar, aires para descorchar, aires para desembalar mi alma en silencio…
Aunque no le pueda ver, tengo la misma sensación de que es el que empuja los móviles de mi destino y mi camino…
aunque no le mire presiento que es el que tira como tira un niño un juguete con ruedas. Que a veces me eleva no se si con alas, con hélices o turbinas de cada una de mis estancias.
Yo no me resisto a esa inercia ni a esa fuerza cósmica que viene a por mi. A por todas…
A mi me gusta pensar que lo único que puedo hacer es dejarme tocar la piel como pandereta o como instrumento de viento en la sala de una orquesta sinfónica.
Estos días en mi taller único de ilusiones, de proyectos, de maniquís por vestir…donde he reparado incontables veces los legos de mi existencia, he construido mi aeropuerto con aviones plateados con una aerodinámica única y diferente, capaz de volar mas alto que mis sueños a propulsión..
Esta vez deseo y me asegurare concienzudamente en llevar conmigo solo el peso necesario en las aletas para darle estabilidad a mis naves cargadas de sueños supersónicos.
Habrá que empezar a vaciar los bolsillos y sacar las piedrecitas que he recogido en el camino…
Deduzco que es necesario aflojar tuercas y tornillos del pasado y sacudirme toda las culpas, los miedos y las controversias que aprietan la estructura de mi soledad.
Doy un suspiro de aire templado que mezclo en mis labios con la ultima porción de dulces fresas, mientras se van llenando mis pulmones de aire de esperanza. Esperanza sabor a fresa…
Me acordare esta vez de no olvidarme de un paracaídas de ultimo diseño para amortiguar aquellos imprevistos y descensos mortales.
Me atrevo a pensar que un día como los niños que ahora mismo juegan bajo el portal de casa, escalare al punto mas alto, no se si de una montaña un edificio o un rascacielos y gritare al fin: al infinito y mas allá…